lunes, 31 de marzo de 2014

CASTELLÓN, BOFETADA Y ALEGRÍA

Sin haber estado, de lo que se puede hablar del Concurso de Recortadores de Castellón es del resultado que deparó y de cómo puede influir o marcar las primeras tendencias en la temporada 2014. 

La primera cita del curso contó con una respuesta de público muy mala. Duele y mucho, pero mentir nunca, manipular tampoco. No fue gente. Esa es una gran bofetada, porque parece que puede ser la sentencia de las anillas, para que no haya un tercer año tras su recuperación.

Aquí, solo vale la pena hablar de los motivos particulares. Los generales de las anillas, merecen un capítulo a parte detallado. Se ve que hizo mala mañana, que valdría como argumento, si no fuera porque a la mañana siguiente hacía peor tiempo y otra modalidad tuvo una respuesta de público infinitamente superior, aunque de manera clara menor que la de 2013, también hay que decirlo. No parece que el porcentaje de descenso sea similar. El año pasado las anillas fueron al primero Domingo de las fiestas en Castellón, en 2014 fueron desplazadas al Sábado del segundo fin de semana, por un nuevo concurso de quiebros, que resulta que tuvo muy buena entrada. En 2013 en el primer Domingo funcionaron. Añadamos pues una coletilla a una máxima empresarial. "Si algo funciona, no lo toques (salvo que sean anillas)".

También se tocó el precio, hay que recordar que de 9 euros que costó el año pasado, pasó a 12. Una subida de un 33%, pequeña no es. Paliando esta subida estaba un atractivo abono. 30 euros por cuatro festejos, lo que hacía que quedara a 7´5 cada cita. Está claro, que el que quiso y pudo ir, fue.

En cuanto a lo programado, poco que objetar. Un plantel de parejas bueno, y difícilmente mejorable porque ya se sabe quiénes no quieren salir con formato de eliminación. En vacas, el hierro número uno para las anillas, aunque faltaron unas cuántas de las anunciadas. Es jugar con fuego anunciar las vacas de un concurso en estas fechas, era de esperar que hubiera bajas, que se debieran haber avisado, por cierto. Y promoción y publicidad vía internet con el sello de Toropasión, que está a años luz del resto de la competencia. Por las ausencias de recortadores, y menos en una tierra que no es la suya, el público no deja de ir a la plaza. 

Así pues, toca agachar las orejas y asumir una derrota más. Y van... Si esto, en general, tiene arreglo o no, no es tema a tratar aquí. Lo dicho antes, requiere un análisis en global del mundillo de las anillas y su cada vez más despegada relación con el público en masa.

En el resultado del concurso fue cuando vino la alegría. Tres parejas de la Comunidad Valenciana se metieron en la final. ¿Por qué es bueno esto? Pues porque si en los concursos solo vemos a aragoneses y navarros, el panorama cada vez se cerrará más. Cuantas más procedencias haya luchando por las victorias, mejor.

Esto se decía de ellos el año pasado: "Y la sorpresa agradable fueron las dos parejas novatas castellonenses. Les tocó abrir plaza y metieron a la gente en el concurso. Albert e Iván atropellaron la razón, pero pusieron todo y más. Las cogidas no les impidieron volver a la plaza. La que tuvieron en frente fue de las más exigentes. Jaume y José Manuel, ante una facilona, estuvieron sin parar de recortar durante los tres minutos. Físicamente estuvieron como hay que estar, es decir, preparados. Ambas parejas lidiaron a sus vacas con ortodoxia y queriendo hacer las cosas bien. La anilla que se llevó cada pareja hizo justicia. Estas dos parejas demostraron, que si ellos quieren, se les debe dar alguna oportunidad en concursos de esta tierra. Estos sí que son nuevos como para darles oportunidades."
Y este año han conseguido copar los dos primeros puestos del concurso. ¿Qué significa? Pues que están preparados para ser dos parejas de las primeras en las listas para confeccionar concursos. No deben ser de las de rellenar, han dado un paso adelante. Hay que recordar que han ganado un concurso de Ozcoz. En su tierra sí, pero de Ozcoz. Tomen nota empresas y organizadores de concursos, para cumplir con algo sagrado en el mundo taurino. Ser justo con quien se lo gana en la arena. Estas dos parejas se lo han ganado. A enmendar el que el año pasado no se les dieron las oportunidades que merecían.

Las anillas están mal en cuanto a conflictos internos, así como a tirón en la taquilla, pero sin embargo, podemos atisbar un principio de temporada ilusionante. Y además puede ser competido. Enumeremos...

Jaume-"Poca", Albert-Iván, "Chusky"-Sedeño, Héctor-Rubén, "Pericolo"-Quique, Cuairán-Mario, "Pimpín"-Igea, "Copica"-Rodrigo, Héctor-Jesús, fueron las nueve parejas de Castellón. Sumándoles a Adrián-Carlos, Cristian-Chus e Imanol-Alain, ya tenemos doce. Más la pareja turolense de Gabi-Alejandro, que este año habrá que arreglar lo que se hizo mal con ellos el año pasado sin darles sitio tras una gran actuación en Teruel, van trece. Y a esas trece pues queda por añadirles a las parejas que se niegan a salir con formato de eliminación. Que pueden ser tres o cuatro parejas. Nos vamos a 16 o 17. ¿Y ahora qué? Pues que tendrán que hilar fino para ser justos y coherentes quienes confeccionan las listas de cada concurso.

Los que miran por el bien del gremio y dicen que el formato de eliminación quita puestos a los compañeros, es de suponer que pedirán en los concursos que se programen a diez, que se añadan dos sitios más, para poder actuar doce. Y lo pedirán sin coste alguno económico para la empresa u organizador correspondiente. Doce por el precio de diez. Porque parejas, este año, haberlas, "haylas". Nadie va a ser imprescindible, y el que quiera salir, tendrá que ganárselo. A lo mejor determinadas actitudes, hacen que haya un cambio de caras en los puestos altos del escalafón.

Todas las decisiones que se toman en la vida, acarrean consecuencias.