martes, 8 de marzo de 2016

LA CALLE ENTIERRA A LAS ANILLAS

2016 va por su tercer mes y las anillas siguen hibernando. Esta semana una fragua. Las anillas de verdad, parece que tendrán que esperar más de un mes. En 2013 y 2014 arrancaba la temporada en la Feria de la Magdalena de Castellón. Pero en 2015 y 2016, ya no ha habido concurso en Castellón. ¿Por qué no? Porque las anillas han sido sustituidas por festejos en los que son protagonistas los que salen por las calles y plazas de aquellas tierras.

Fue poca gente a la vuelta de las anillas a Castellón en 2013 y menos aún en 2014. No tuvieron la mejor fecha posible, pero es que la verdad es que tampoco se la merecían más que otros festejos. Al final, no son si no excusas. Las anillas allá, no tienen tirón, aunque duela. La realidad, es la que es. El público levantino le dio la espalda, poco a poco, a la modalidad más antigua de competición del festejo popular. Algunos, con sus torpezas, ayudaron a que el público dejara de ir. Y claro, cuando toca tirar únicamente de afición entendida... No se llena ni un cuarto de la plaza. De Barracas para abajo, poca gente sabe valorar el mérito de las anillas.

La cultura del festejo popular de la Comunidad Valenciana, no es la misma ahora, que hace años. Ha variado y se ha desviado. Ni son las plazas iguales, ni los que salen hacen lo mismo. Al público le han cambiado sus gustos a base de vender humo. Los medios que tenían que educar y transmitir a los nuevos aficionados los valores de toda la vida, han enseñado todo al revés. Esto no es algo extraño. Está pasando en todos los ámbitos de la vida. Las audiencias televisivas así lo atestiguan, valga como ejemplo. Autentica bazofia, es lo más visto.

Las anillas han sido enterradas por la calle, al menos, eso es lo que parece. Las anillas eran el refugio del aficionado levantino al "corro". Ahora, un festejo con vacas de "corro" ha ocupado ese lugar. Sin entrar a valorar la nomenclatura de la cita, que será mejor, la plaza se ha llenado. Así que, con tristeza, sanseacabó para las anillas. Da rabia, y no poca. Fastidia porque, con cultura taurina, no sucedería. Pero es lo que hay y toca asumirlo. La realidad es que ha tenido un tirón infinitamente superior y han ganado por goleada.

Entrar a valorar el nuevo tipo de festejo y dar ejemplos concretos, sería intentar hacer entender a quien no entiende. Y de eso hay mucho. No se sabe, sumándole un gran mal de la sociedad, hablar sin saber. Solo así se entienden loas a regates y triquiñuelas sin control, ventajistas, sin dominio, atropellados y trompicados, sin poder al animal y lo peor de todo, sin lucimiento de la res. Esto es culpa de haber aprendido todo al revés, la mayoría de los participantes, los primeros. Que no quita para que hubiera honrosas excepciones en los actuantes y que se pudieran ver cosas sueltas meritorias y emocionantes. Y cómo no, es respetabilísimo que cada cual haga lo que buenamente pueda. Nada que objetarle en absoluto a gente que no tiene obligación alguna cuando sale por las calles y plazas, y hace lo que le viene en gana. Por lo menos ganó "uno de los nuestros". 

La diferencia radica en que, objetivamente, no hay color con lo que son las anillas. En las anillas, las parejas, bien que mal, hacen un circuito toda la temporada y se preparan para ello (unas bastante, otras poco y también las hay que no se preparan). Hay saber estar en la plaza y hay cierto compromiso con la seriedad. Son un espectáculo con orden. Que las anillas están mal, es aquí el primer sitio donde se dice. Pero que son mucho más serias que lo que lo que las ha sustituido en Castellón, no tiene discusión. 

Es una moda pasajera. Esta es una afirmación que ahora rechinará, pero que el tiempo confirmará. Las anillas tienen casi cuarenta años de historia. El problema es que, como para tirar cohetes no están, esta cornadica hace pupa. Esperemos que la moda sea pasajera, y no coja la autovía mudéjar de subida. Entonces la cornada será más grave.

Hay dos personalidades, santo y seña del festejo popular en la Comunidad Valenciana. Ambos entienden esto igual. Lo entienden como toda la vida y como lo entienden los aficionados de verdad. No les gusta y critican lo que se hace mal. Critican que no se de ventaja a los animales y que se les retuerza en los embroques. Los dos lo han expresado. Obviamente no van a señalar nada en concreto de Castellón. No hace falta. Uno los escucha, luego compara con las imágenes y la cosa está clarísima. El que quiera que lo discuta, pero no a quien esto escribe, a ellos. Fernando Machancoses lo dijo en una charla en Onda. "Motoret", en una entrevista que aún no ha visto la luz. 

Porque no es lo mismo dejar galopar a una vaca, medirle los terrenos, hacerla que se crea que te va a coger y que pueda llegar hasta el final, todo ello en una carrera lineal sin cambios bruscos de dirección, que cebar la embestida, provocar el cambio de ritmo y luego hacerla retorcerse por completo para quedar airoso uno, mientras el animal trata de reponerse del quebranto. Vamos lo que volvió a demostrar "Motoret" con una de Arriazu. La tauromaquia, en la base, ya está inventada. Para meter una anilla, hay que quedarse en la cara después de ganarla y sin que la res pierda velocidad en el embroque. La diferencia, para quien sepa entender lo que tiene más mérito, es abismal.

La cultura taurina y el saber valorar lo que realmente tiene más mérito, no está extendido ni en los propios recortadores. Los llaman anilleros y se dejan, llaman ellos mismos a su disciplina concurso de anillas, lo que es menospreciarse, y ahora va y alaban algo que no está a su nivel de méritos y les ha quitado un par de plazas ya (capitales de provincia ambas). Almas de cántaro... Ya aprenderéis, ya...