Según acabaron los tres minutos de la última vaca de la final, se desató la tormenta. Como toda tormenta, nacía de una nube. Mario acababa de perder el Campeonato Nacional y en el micrófono de Aragón TV, soltó todo lo que pensaba. No hubo filtro. Por delante, se aplaude. Se aplaude el decir lo que se piensa. En un tiempo en que existe una dictadura de lo políticamente correcto, quien dice lo que piensa sin cortarse, es digno de alabar.
Habló primero sobre la vaca de la final, pasando luego a opinar en general sobre Marcén. Por partes. Se quejó, con vehemencia, de que su vaca de la final llevaba una nube en el ojo derecho. Dijo que al ganadero se le había advertido de ello dos semanas antes en Ágreda. Se le indicó que, en esas condiciones, no la llevara a Zaragoza e hizo caso omiso.
Veamos. Como siempre, para empezar, los recortadores, a por uvas. A echarse las manos a la cabeza cuando no hay remedio. En vez de molestarse antes, para que no pasen estas cosas, la luna de Valencia es la residencia. Si se vio que la vaca estaba así en Ágreda y se ve que se anuncia para la final de Zaragoza, se le hace saber a la organización que esa vaca no es apta para salir. (Por cierto, no era la primera vez que se anunciaban las vacas de la final del concurso, como se publicó en algún medio. De hecho, antes se publicaban las de la final y las de la ronda, cosa que este año no sucedió). Se va a la finca, se comprueba si es verdad o no y asunto zanjado. Si lleva nube, no va, si no la lleva, puede ir. Pero aún más, estando como sobrera (única para la ronda y para la final), la Nº 179 "Revoltosa", se sube a los corrales y se mira cómo está. Si hay nube, se echa la sobrera.
La de Marcén vino a tener el comportamiento que suele tener. Nube o no, la vaca suele irse, no se deja colocar, se cruza mucho y va hasta arriba. Eso hizo. Mario tuvo un par de opciones de anillar y después ya no llegaron a encontrarse en el embroque. Salvo en un solo cite, en el que se podría interpretar que hizo un extraño, no se apreciaron problemas de visión en la res.
Y llegó la réplica de Jesús Marcén cuando Isabel Sauco se acercaba a él con el micro, por quinta vez en el concurso, (sí, quinta) y le pedía su opinión sobre la queja del turiasonense. Él dijo que quizá la vaca se lo había hecho en alguno de los primeros remates en los burladeros. Y para respaldar esa teoría, dijo que esa misma mañana la habían estado afeitando y no le había notado nada.
Chocan unas cuántas cosas. La primera es que esa misma mañana se afeitara una vaca que, durante toda la temporada, ha estado saliendo a los concursos, la mayoría de ellos en comunidades autónomas donde el reglamento exige que tengan que ir despuntadas. Aunque cierto es que las vacas por desgaste y crecimiento de los pitones, necesitan ser despuntadas regularmente. La casualidad quiso, que le tocara para el Pilar. La segunda es que, si en Ágreda se le advirtió de tal cosa y en Zaragoza volvía a tener una nube, o es una nube intermitente, o esa mañana al ir a afeitarla, la llevaba. Y la tercera es que se diga que una nube aparece por un golpe en un burladero.
El habitual espectador de las retransmisiones de Aragón TV, lleva más de una década viendo concursos. Y ese espectador fiel, entendido en anillas, no está acostumbrado a que le quieran engañar. Cuando se le intenta engañar, se da cuenta. Máximo respeto por el que está al otro lado de la pantalla, no se puede insultar su inteligencia.
La vaca, como se pudo comprobar, en Zaragoza, llevaba una nube en el ojo derecho. Si la vaca ya la tenía en Ágreda, pues la cosa está muy clara. Se llevó pese a ello. Que cada cuál piense lo que quiera, con los datos aportados y basándose en la credibilidad de cada cual.
La entrevista a Mario no quedó ahí. De lo propio del concurso, pasó a hablar del circuito en general. Rayos y truenos. Habló de que Marcén en los concursos impone lo que él quiere hacer, quiere mandar. Lleva determinadas vacas con el afán de que no se le metan anillas, que no tienen pitones apropiados. Vino a contar cómo quiere Marcén que se hagan las cosas como él diga en las anillas y no hace caso de indicación alguna. Dijo que en los concursos deben mandar los recortadores que son los que se juegan la vida (cuán rimbombante es lo de jugarse la vida...). Cierto es, que después, con gran deportividad, se deshizo en elogios con Morella y Roberto y los felicitó por la victoria y por la temporada. En la réplica, Jesús Marcén decía que él buscaba que saliera contento el que paga la entrada.
Hasta ahí, lo objetivo. Lo que pasó y lo que se dijo. Y ahora el análisis. Por delante, se tiene clara una cosa. El micro retrata. Y en este caso, retrató aún más. Los gestos y expresiones dejan claro quién es quién. Cualquier persona que siga el mundo de las anillas, que sea inteligente y que no sea un hooligan, lo vería muy claro. Cinco entrevistas contra dos. (Que sí, cinco, para alabarse sus vacas, diciendo muchas veces lo mismo que en el puesto de comentaristas, a excepción de las que estuvieron mal, claro). A Mario le hace daño la primera entrevista, después de la vaca de la ronda. En el subidón de adrenalina dijo, tras contar todo lo que había luchado para recuperarse en tiempo récord, que su intención era "dejarse matar". Y claro, eso no se vio refrendado en la final. No se "dejó matar". Y ya se entiende que era figuradamente. Aunque ojalá llegue el día en que en esta sociedad se use el lenguaje con medida, y no se diga más de lo que se ajusta a la realidad.
La segunda entrevista, con un fondo para analizar, claramente falló porque no era el momento, ni la manera, ni la expresión corporal fue la adecuada. Si dice lo mismo, sin enfado y con otra actitud, pues queda mucho mejor. ¿Cómo quedó? Como alguien que tenía una pataleta por haber perdido. ¿Es exactamente así? No. Ni se picó tanto como creen y jalean sus detractores, ni tan poco como cree el propio Mario. Fue más un enfado con lo sucedido, que no saber encajar la derrota, aunque hubiera parte de ello también. Si dice lo mismo, después de haber metido una anilla y ser campeón, lo borda. Pero eso no sucedió.
Conociendo su personalidad de salvaje ganador, se sabe que el pronto de Mario no es bueno, ni para él, ni para lo que lo rodee en ese momento. Él es así. Cosa que solamente lo explica, no lo justifica. Su imagen, perjudicada, y van varias veces ya. Es el mejor en la arena, pero con ya la treintena, sigue sin saber lidiar fuera de ella. Con ello, se perdió el fondo de su mensaje, en el que lleva razón. Y ya no es solo que lleve razón en el fondo, si no que lo piensan así muchos recortadores. Ahora bien, mojarse por el bien de las anillas, muy pocos lo hacen, se lo callan. Quien tenga memoria, recordará que, de lo que se queja Mario, no es nuevo. Pitones derechos poco apropiados y vacas que humillan para que no se les metan anillas, vienen a la cabeza.
Desde estas líneas, siempre se preferirá que se diga lo que se piense, aunque luego haya que criticarlo, a callar y no decir lo que se piensa, por falta de valor.
Para el futuro, bien simple. O hay común acuerdo o, quien quiere imponerse, si es a costa de los demás, se puede quedar a un lado, aunque a día de hoy sea el mejor. Nadie es imprescindible. Si todos los demás ganaderos ponen de su parte, por el bien del espectáculo, aceptan igualar lotes y no ponen problemas, quien no lo haga, no estará mirando por el bien del que paga. Villafranca del Cid y Ágreda son ejemplos de que otros cedieron. Ambos concursos se vieron perjudicados.
Y mandar en las anillas, pues que no mande ni un ganadero, ni los recortadores, ni una empresa. Que se pongan de acuerdo entre todos y sea por el bien del aficionado. Aunque si toca elegir, siempre se preferirá un colectivo con pluralidad, que las dictaduras. En estas últimas, se controlan los medios y no hay libertad de expresión.
PD: Isabel Sauco estuvo cumbre. Grande.
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14 de Octubre, Zaragoza. |
Veamos. Como siempre, para empezar, los recortadores, a por uvas. A echarse las manos a la cabeza cuando no hay remedio. En vez de molestarse antes, para que no pasen estas cosas, la luna de Valencia es la residencia. Si se vio que la vaca estaba así en Ágreda y se ve que se anuncia para la final de Zaragoza, se le hace saber a la organización que esa vaca no es apta para salir. (Por cierto, no era la primera vez que se anunciaban las vacas de la final del concurso, como se publicó en algún medio. De hecho, antes se publicaban las de la final y las de la ronda, cosa que este año no sucedió). Se va a la finca, se comprueba si es verdad o no y asunto zanjado. Si lleva nube, no va, si no la lleva, puede ir. Pero aún más, estando como sobrera (única para la ronda y para la final), la Nº 179 "Revoltosa", se sube a los corrales y se mira cómo está. Si hay nube, se echa la sobrera.
La de Marcén vino a tener el comportamiento que suele tener. Nube o no, la vaca suele irse, no se deja colocar, se cruza mucho y va hasta arriba. Eso hizo. Mario tuvo un par de opciones de anillar y después ya no llegaron a encontrarse en el embroque. Salvo en un solo cite, en el que se podría interpretar que hizo un extraño, no se apreciaron problemas de visión en la res.
Y llegó la réplica de Jesús Marcén cuando Isabel Sauco se acercaba a él con el micro, por quinta vez en el concurso, (sí, quinta) y le pedía su opinión sobre la queja del turiasonense. Él dijo que quizá la vaca se lo había hecho en alguno de los primeros remates en los burladeros. Y para respaldar esa teoría, dijo que esa misma mañana la habían estado afeitando y no le había notado nada.
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30 de Septiembre, Ágreda. |
El habitual espectador de las retransmisiones de Aragón TV, lleva más de una década viendo concursos. Y ese espectador fiel, entendido en anillas, no está acostumbrado a que le quieran engañar. Cuando se le intenta engañar, se da cuenta. Máximo respeto por el que está al otro lado de la pantalla, no se puede insultar su inteligencia.
La vaca, como se pudo comprobar, en Zaragoza, llevaba una nube en el ojo derecho. Si la vaca ya la tenía en Ágreda, pues la cosa está muy clara. Se llevó pese a ello. Que cada cuál piense lo que quiera, con los datos aportados y basándose en la credibilidad de cada cual.
La entrevista a Mario no quedó ahí. De lo propio del concurso, pasó a hablar del circuito en general. Rayos y truenos. Habló de que Marcén en los concursos impone lo que él quiere hacer, quiere mandar. Lleva determinadas vacas con el afán de que no se le metan anillas, que no tienen pitones apropiados. Vino a contar cómo quiere Marcén que se hagan las cosas como él diga en las anillas y no hace caso de indicación alguna. Dijo que en los concursos deben mandar los recortadores que son los que se juegan la vida (cuán rimbombante es lo de jugarse la vida...). Cierto es, que después, con gran deportividad, se deshizo en elogios con Morella y Roberto y los felicitó por la victoria y por la temporada. En la réplica, Jesús Marcén decía que él buscaba que saliera contento el que paga la entrada.
La segunda entrevista, con un fondo para analizar, claramente falló porque no era el momento, ni la manera, ni la expresión corporal fue la adecuada. Si dice lo mismo, sin enfado y con otra actitud, pues queda mucho mejor. ¿Cómo quedó? Como alguien que tenía una pataleta por haber perdido. ¿Es exactamente así? No. Ni se picó tanto como creen y jalean sus detractores, ni tan poco como cree el propio Mario. Fue más un enfado con lo sucedido, que no saber encajar la derrota, aunque hubiera parte de ello también. Si dice lo mismo, después de haber metido una anilla y ser campeón, lo borda. Pero eso no sucedió.
Conociendo su personalidad de salvaje ganador, se sabe que el pronto de Mario no es bueno, ni para él, ni para lo que lo rodee en ese momento. Él es así. Cosa que solamente lo explica, no lo justifica. Su imagen, perjudicada, y van varias veces ya. Es el mejor en la arena, pero con ya la treintena, sigue sin saber lidiar fuera de ella. Con ello, se perdió el fondo de su mensaje, en el que lleva razón. Y ya no es solo que lleve razón en el fondo, si no que lo piensan así muchos recortadores. Ahora bien, mojarse por el bien de las anillas, muy pocos lo hacen, se lo callan. Quien tenga memoria, recordará que, de lo que se queja Mario, no es nuevo. Pitones derechos poco apropiados y vacas que humillan para que no se les metan anillas, vienen a la cabeza.
Desde estas líneas, siempre se preferirá que se diga lo que se piense, aunque luego haya que criticarlo, a callar y no decir lo que se piensa, por falta de valor.
Para el futuro, bien simple. O hay común acuerdo o, quien quiere imponerse, si es a costa de los demás, se puede quedar a un lado, aunque a día de hoy sea el mejor. Nadie es imprescindible. Si todos los demás ganaderos ponen de su parte, por el bien del espectáculo, aceptan igualar lotes y no ponen problemas, quien no lo haga, no estará mirando por el bien del que paga. Villafranca del Cid y Ágreda son ejemplos de que otros cedieron. Ambos concursos se vieron perjudicados.
Y mandar en las anillas, pues que no mande ni un ganadero, ni los recortadores, ni una empresa. Que se pongan de acuerdo entre todos y sea por el bien del aficionado. Aunque si toca elegir, siempre se preferirá un colectivo con pluralidad, que las dictaduras. En estas últimas, se controlan los medios y no hay libertad de expresión.
PD: Isabel Sauco estuvo cumbre. Grande.