miércoles, 14 de noviembre de 2018

UNA NUBE, UN MICRÓFONO, UN RECORTADOR

Según acabaron los tres minutos de la última vaca de la final, se desató la tormenta. Como toda tormenta, nacía de una nube. Mario acababa de perder el Campeonato Nacional y en el micrófono de Aragón TV, soltó todo lo que pensaba. No hubo filtro. Por delante, se aplaude. Se aplaude el decir lo que se piensa. En un tiempo en que existe una dictadura de lo políticamente correcto, quien dice lo que piensa sin cortarse, es digno de alabar.


14 de Octubre, Zaragoza.
Habló primero sobre la vaca de la final, pasando luego a opinar en general sobre Marcén. Por partes. Se quejó, con vehemencia, de que su vaca de la final llevaba una nube en el ojo derecho. Dijo que al ganadero se le había advertido de ello dos semanas antes en Ágreda. Se le indicó que, en esas condiciones, no la llevara a Zaragoza e hizo caso omiso.

Veamos. Como siempre, para empezar, los recortadores, a por uvas. A echarse las manos a la cabeza cuando no hay remedio. En vez de molestarse antes, para que no pasen estas cosas, la luna de Valencia es la residencia. Si se vio que la vaca estaba así en Ágreda y se ve que se anuncia para la final de Zaragoza, se le hace saber a la organización que esa vaca no es apta para salir. (Por cierto, no era la primera vez que se anunciaban las vacas de la final del concurso, como se publicó en algún medio. De hecho, antes se publicaban las de la final y las de la ronda, cosa que este año no sucedió). Se va a la finca, se comprueba si es verdad o no y asunto zanjado. Si lleva nube, no va, si no la lleva, puede ir. Pero aún más, estando como sobrera (única para la ronda y para la final), la Nº 179 "Revoltosa", se sube a los corrales y se mira cómo está. Si hay nube, se echa la sobrera. 

La de Marcén vino a tener el comportamiento que suele tener. Nube o no, la vaca suele irse, no se deja colocar, se cruza mucho y va hasta arriba. Eso hizo. Mario tuvo un par de opciones de anillar y después ya no llegaron a encontrarse en el embroque. Salvo en un solo cite, en el que se podría interpretar que hizo un extraño, no se apreciaron problemas de visión en la res.

Y llegó la réplica de Jesús Marcén cuando Isabel Sauco se acercaba a él con el micro, por quinta vez en el concurso, (sí, quinta) y le pedía su opinión sobre la queja del turiasonense. Él dijo que quizá la vaca se lo había hecho en alguno de los primeros remates en los burladeros. Y para respaldar esa teoría, dijo que esa misma mañana la habían estado afeitando y no le había notado nada. 


30 de Septiembre, Ágreda.
Chocan unas cuántas cosas. La primera es que esa misma mañana se afeitara una vaca que, durante toda la temporada, ha estado saliendo a los concursos, la mayoría de ellos en comunidades autónomas donde el reglamento exige que tengan que ir despuntadas. Aunque cierto es que las vacas por desgaste y crecimiento de los pitones, necesitan ser despuntadas regularmente. La casualidad quiso, que le tocara para el Pilar. La segunda es que, si en Ágreda se le advirtió de tal cosa y en Zaragoza volvía a tener una nube, o es una nube intermitente, o esa mañana al ir a afeitarla, la llevaba. Y la tercera es que se diga que una nube aparece por un golpe en un burladero. 

El habitual espectador de las retransmisiones de Aragón TV, lleva más de una década viendo concursos. Y ese espectador fiel, entendido en anillas, no está acostumbrado a que le quieran engañar. Cuando se le intenta engañar, se da cuenta. Máximo respeto por el que está al otro lado de la pantalla, no se puede insultar su inteligencia.

La vaca, como se pudo comprobar, en Zaragoza, llevaba una nube en el ojo derecho. Si la vaca ya la tenía en Ágreda, pues la cosa está muy clara. Se llevó pese a ello. Que cada cuál piense lo que quiera, con los datos aportados y basándose en la credibilidad de cada cual.

La entrevista a Mario no quedó ahí. De lo propio del concurso, pasó a hablar del circuito en general. Rayos y truenos. Habló de que Marcén en los concursos impone lo que él quiere hacer, quiere mandar. Lleva determinadas vacas con el afán de que no se le metan anillas, que no tienen pitones apropiados. Vino a contar cómo quiere Marcén que se hagan las cosas como él diga en las anillas y no hace caso de indicación alguna. Dijo que en los concursos deben mandar los recortadores que son los que se juegan la vida (cuán rimbombante es lo de jugarse la vida...). Cierto es, que después, con gran deportividad, se deshizo en elogios con Morella y Roberto y los felicitó por la victoria y por la temporada. En la réplica, Jesús Marcén decía que él buscaba que saliera contento el que paga la entrada. 


Hasta ahí, lo objetivo. Lo que pasó y lo que se dijo. Y ahora el análisis. Por delante, se tiene clara una cosa. El micro retrata. Y en este caso, retrató aún más.  Los gestos y expresiones dejan claro quién es quién. Cualquier persona que siga el mundo de las anillas, que sea inteligente y que no sea un hooligan, lo vería muy claro. Cinco entrevistas contra dos. (Que sí, cinco, para alabarse sus vacas, diciendo muchas veces lo mismo que en el puesto de comentaristas, a excepción de las que estuvieron mal, claro). A Mario le hace daño la primera entrevista, después de la vaca de la ronda. En el subidón de adrenalina dijo, tras contar todo lo que había luchado para recuperarse en tiempo récord, que su intención era "dejarse matar". Y claro, eso no se vio refrendado en la final. No se "dejó matar". Y ya se entiende que era figuradamente. Aunque ojalá llegue el día en que en esta sociedad se use el lenguaje con medida, y no se diga más de lo que se ajusta a la realidad. 

La segunda entrevista, con un fondo para analizar, claramente falló porque no era el momento, ni la manera, ni la expresión corporal fue la adecuada. Si dice lo mismo, sin enfado y con otra actitud, pues queda mucho mejor. ¿Cómo quedó? Como alguien que tenía una pataleta por haber perdido. ¿Es exactamente así? No. Ni se picó tanto como creen y jalean sus detractores, ni tan poco como cree el propio Mario. Fue más un enfado con lo sucedido, que no saber encajar la derrota, aunque hubiera parte de ello también. Si dice lo mismo, después de haber metido una anilla y ser campeón, lo borda. Pero eso no sucedió.

Conociendo su personalidad de salvaje ganador, se sabe que el pronto de Mario no es bueno, ni para él, ni para lo que lo rodee en ese momento. Él es así. Cosa que solamente lo explica, no lo justifica. Su imagen, perjudicada, y van varias veces ya. Es el mejor en la arena, pero con ya la treintena, sigue sin saber lidiar fuera de ella. Con ello, se perdió el fondo de su mensaje, en el que lleva razón. Y ya no es solo que lleve razón en el fondo, si no que lo piensan así muchos recortadores. Ahora bien, mojarse por el bien de las anillas, muy pocos lo hacen, se lo callan. Quien tenga memoria, recordará que, de lo que se queja Mario, no es nuevo. Pitones derechos poco apropiados y vacas que humillan para que no se les metan anillas, vienen a la cabeza.

Desde estas líneas, siempre se preferirá que se diga lo que se piense, aunque luego haya que criticarlo, a callar y no decir lo que se piensa, por falta de valor. 

Para el futuro, bien simple. O hay común acuerdo o, quien quiere imponerse, si es a costa de los demás, se puede quedar a un lado, aunque a día de hoy sea el mejor. Nadie es imprescindible. Si todos los demás ganaderos ponen de su parte, por el bien del espectáculo, aceptan igualar lotes y no ponen problemas, quien no lo haga, no estará mirando por el bien del que paga. Villafranca del Cid y Ágreda son ejemplos de que otros cedieron. Ambos concursos se vieron perjudicados.

Y mandar en las anillas, pues que no mande ni un ganadero, ni los recortadores, ni una empresa. Que se pongan de acuerdo entre todos y sea por el bien del aficionado. Aunque si toca elegir, siempre se preferirá un colectivo con pluralidad, que las dictaduras. En estas últimas, se controlan los medios y no hay libertad de expresión.

PD: Isabel Sauco estuvo cumbre. Grande.

miércoles, 7 de noviembre de 2018

TRIGÉSIMO SÉPTIMO

El de 2018 ha sido el trigésimo séptimo Campeonato Nacional. Mucha miga ha tenido en el previo, en el durante y en el post. Era una edición que se preveía con muchos cambios, sin ser tantos como se pretendía, a posteriori. Se cambiaba el formato ganadero. Se pasaba de las mejores vacas de la temporada (que ya sabe todo el mundo que no estaban porque había un hierro que no quería ir con lo que se le ofrecía), a una sola ganadería. Se quiso que fuera con formato tradicional y tuvieron que usar la lógica y mantener el formato por eliminación. La presentación y puesta en escena, no cambió. Niños y banderas. Es decir, con respecto a lo que hacía Toropasión, solo cambiaba el hierro de las reses. Ah, y el precio de la entrada, que subía un 16%. De 12 a 14 euros.

En la rueda de prensa de presentación, se dijo que se iba a contar únicamente con vacas de Marcén y formato tradicional. Error. Bien es cierto que, en aquel momento, los colaboradores habían sido Arruga y Tacheli, hasta muy poco antes. Se tiraron del barco. Antiformatistas recalcitrantes, querían formato tradicional. Parece, básicamente, porque huele a Toropasión. Pararse a pensar si es bueno para el festejo o si Zaragoza necesita el formato por eliminación, no se contempla. Haciéndose fuertes en que decían tener la sartén de Zaragoza por el mango, las parejas recibieron presiones durante la temporada. En caso de que no acudieran a sus concursos, para ir a otros, en la misma fecha, no saldrían más con ellos. Al final, como ya se contó aquí, la sangre no llegó al río. Hete aquí, que el destino es caprichoso y quienes no estuvieron en Zaragoza, por propia voluntad, fueron ellos. Como nota aclaratoria, cabe decir, que en este párrafo, hay un porcentaje de opiniones mínimo. Se cuentan hechos que han sucedido.

Lo pretendido no podía ser. Era un absurdo. Nadie inteligente podía argumentar que lo mejor para Zaragoza era el formato tradicional. Un artículo publicado aquí, previo al Pilar, terminaba así: "Si el único pero que se le podría poner al formato por eliminación (y está cogido con pinzas) es que deja parejas fuera… ¿Por qué no hacerlo con doce parejas y que tres pasen a la final, para un total de quince vacas? Jaque, mate." Pues no se fue mucho de esta idea propuesta... Lo visto, en la mañana del día 14 de Octubre, venía a dar la razón a lo escrito entonces.

Al final, 11 parejas y 3 a la final. Día 14, 14 euros, pues 14 vacas. Por méritos, faltaban Diago y Chus. Diago, como pasó a ser colaborador con la organización, decidió no participar, en gesto que le honra, y Chus con él. Una pena. Lo merecían y eran pareja candidata a estar en la final. Chus estuvo repartiendo las anillas a los que son sus compañeros. Sombrerazo para él. Habla muy bien de él como persona. Esa hubiera sido la duodécima. Por méritos contraídos durante la temporada, unas cuántas sobraban. Es que hacen muchos concursos... Sí, porque no hay más recortadores y no queda más remedio que llamarlos. Es que dan la cara... Pues no, no la dan en muchos concursos. Zaragoza tiene que ser un premio. Y a día de hoy, no hay tantas parejas que merezcan ese premio. De las once, sobraban varias. Y resulta que "Poca" y Jaume, solo haciendo un concurso, tienen más nivel que todas las parejas del circuito, menos dos. Que se lo hagan mirar...

Al ser a 14 vacas, era dos vacas más difícil para Marcén, que si hubiera sido a 12. Perogrullo dixit. Y si ya se decía que no tenía 12 vacas para Zaragoza, pues 14, menos. En la ronda, tres se quisieron ir (47, 171 y 315). Y en la final una (313). En la ronda, siete vacas con una dificultad al recorte, por debajo de lo que requiere La Misericordia (282, 76, 47, 171, 315, 38 y 17). Dos con pitones derechos poco propicios (17 y 46). Bombones, varios (282, 76, 315, 38 y 17).

Demos todo masticadico, para que, quien muestre interés en comprender lo que se dice, lo tenga más fácil. Marcén es el número uno actual. A doce vacas, le pega un meneo a cualquiera. Pero Zaragoza, es Zaragoza. Respondamos a unas cuántas preguntas. ¿Es quien más cerca está de poder hacer en solitario Zaragoza? Sí. ¿Tiene para hacer Zaragoza él solo? No, como quedó demostrado. ¿Pareció estar igualada la ronda? Sí. ¿Lo estuvo realmente? No. ¿Hizo un buen concurso? Sí. ¿Fue el mejor concurso posible para Zaragoza? No. ¿Fue bastante mejor que las últimas ediciones del Campeonato Nacional? Sí, de largo. Desde 2014, la mejor edición. ¿Hubiera sido bastante mejor el concurso con vacas de diferentes ganaderías? Sí, obviamente. ¿Hubiera quedado mejor Marcén compitiendo contra las mejores vacas de la temporada de otras ganaderías? Sí, claro, además probablemente, les hubiera pasado por encima. ¿Está el momento actual para hacer un "todos contra Marcén" como se hizo en los años que Ozcoz llevaba medio concurso? Sí, tal cual.

Hasta el año pasado, completaban el Campeonato Nacional, vacas que no tenían el nivel mínimo para la cita. Pero es que no había más. Unos años el problema era que no se quería hacer una mañana de vaquillas, otros que tenía que llevar el mismo número de vacas que Ozcoz. Como con Marcén no se podía contar, se completaba el hueco que merecían las vacas de la "J" con las que se podía. Este año, también hubo relleno. Bastantes vacas sin el nivel de La Misericordia. Otras, muy justas. Que no son malas vacas, ni mucho menos, pero Zaragoza es más que eso. La diferencia radica en que, hasta el año pasado, se quería contar con todas las mejores vacas. Sí, con todas, porque a Marcén se le llamaba. Y este año no se quiso. Se fue a por una única ganadería. Se dejó fuera a bastantes vacas que merecían estar en al cita. Como, que se sepa, ni Ozcoz, ni Eulogio, ni Maylín, ni Pedro Domínguez, ni Germán Vidal tienen hooligans, nadie ha montado ningún pollo cibernético. Hasta ahora, las campañas contra lo que se hacía en las anillas del Pilar vía internet, eran dignas de análisis sociológico. Maneras de entender la afición. 

El Campeonato Nacional, ha sido el único concurso de la feria que no ha sufrido un descenso ostensible de público. El único que se ha mantenido en las cifras de años anteriores. ¿Por qué? Pues porque el público de las anillas, es el más aficionado que hay. Al final, el aficionado es fiel. El público ocasional, no. En los demás, la subida de las entradas ha hecho perder varios miles de espectadores por festejo. En las anillas, aún con subida, los mismos. Vienen a ser unos seis mil, que es casi 2/3. Y se reconoce, el interés de ver a Marcén en Zaragoza, también ayudó a que no se desangrara la taquilla.

Vaca por vaca, así fue la cosa:

- Nº 282: es brava, pero cándida. Fue un bombón.
- Nº 234: también es brava. Su dificultad es que, al faltarle un tranco en el embroque y humillar, hay que quedarse mucho y luego aprieta para dentro. Cumplió sin tener batalla.
- Nº 130: es de las mejores de la casa, pero le costó centrarse. Brava y con chispa. Hasta el final después de rueda. Una gran vaca, aunque estuvo por debajo de lo que es, con solo dos minutos de guerra.
- Nº 76: lejos del nivel que pide Zaragoza. Repetidora y poco más. Muy fácil.
- Nº 47: se quiso ir y en palabras de Roberto Constanza, se rajó. Se quedó corta, faltándole un par de trancos en el embroque.
- Nº 171: se lidió mal, sí, pero la vaca pegó un petardo. Pasaron ambas cosas. Se quiso ir y no quiso pelea. Y eso que la pareja no le apretó por detrás. Esta misma res en 2014 ya se quiso ir en Ricla, llegando a intentar saltar al callejón. No es la primera vez que hacía lo que hizo.
- Nº 315: también se quiso ir. Y esta mejor lidiada. Aún así, se quiso ir. Muy fácil al recorte. 
- Nº 206: una de las mejores de la mañana. Brava de verdad. Siempre hasta el final con todo. Pedazo de vaca.



- Nº 38: vaca que cumplió. Buen detalle saltando al callejón, pero muy noble al recorte. 
- Nº 264: le ha pillado ya mayor Zaragoza. Le falta poder. De haberla recortado más, se le hubiera hecho cuesta arriba. Aún así, la vaca cumplió y estuvo bien.
- Nº 17: con pitón inadecuado, fue un bombón. Muy sencilla al recorte. Lejos del nivel de Zaragoza.

En la final, la película cambió.

- Nº 3: palabras mayores. Es una vaca de quitarse el sombrero. Lo tiene todo. No es imposible, también sea dicho. Una vaca espectacular. Seria, dura, entra fuerte al recorte, no hace caso al quite y se tira a matar.



- Nº 46: estuvo a un nivel altísimo. Su pitón derecho no es propicio. Pero con el comportamiento que tiene, se acepta que salga a los concursos, porque hace disfrutar a los aficionados. Su movilidad la hace más complicada aún.
- Nº 313: muy complicada. Se quiso ir, algo que siempre ha hecho. Se cruza mucho y se va hasta arriba. La vaca llevaba una nube en el ojo. 

Aplaudidas bastantes y protestadas algunas. Aplausos forzados a varias, de esos sectores que, hasta el año pasado, a la mínima silbaban a las vacas. Las ovaciones cerradas, que las hubo con todo merecimiento, fueron las que salieron de los aficionados a las anillas. De esos que son sensatos, a los que no les duelen prendas en aplaudir una vaca sensacional, sea de quien sea. Como siempre, que cada cuál se exprese como quiera, que para eso paga su entrada. Faltaría más.

Y el balance general, es el ya dicho. Un buen concurso a nivel ganadero. Y decir eso, haciendo el Campeonato Nacional, es un gran elogio. Pero lejos está de ser algo maravilloso. Se vio beneficiado Marcén, porque el nivel actual de las parejas, es el que es. Pero de igual manera, se ven beneficiados los demás hierros durante el año. Hay lo que hay. Las vacas parecen mucho mejores en la actualidad, porque no se les planta cara. Se recuerda, una vez más, que para que la crítica tenga credibilidad, se habrá de decir lo bueno y lo malo. Porque si no se dice lo que está mal, no tiene credibilidad decir que las vacas buenas, lo son. Como aquí se ha dicho con un puñado de ellas. 



En cuanto a los de pantalón blanco, el resumen se hace rápido. Solo dos parejas estuvieron por encima de su vaca en la ronda. Las dos de siempre. Además de ellas, las ganas de Ander y Joanes, la voluntad de Ezquerro y Elvira y tres chispazos de Héctor. En la final, los navarros empataron con su vaca y las otras dos parejas, perdieron. Ahora sí, con un alto nivel de dificultad de las tres. Tres grandes vacas.

Morella y Roberto pasaron a la final a base de grandes recortes sueltos, con mucha ventaja y mucha carrera, para que así la vaca embistiera. Cuairán y Mario, metieron anillas al alcance de muy pocos, a un pitón que no debía salir en Zaragoza. 



En la final, Cuairán y Mario lo intentaron el primer minuto y se perdieron en el final. Había una nube que tapó el sol. Falló el final de la lidia y la cabeza turiasonense estaba en otra guerra ya. 




Por su parte, Morella y Roberto hicieron que esta edición del Campeonato Nacional, sea recordada. Lo que se quedará guardado en la memoria será la anilla colosal de Roberto. Esa anilla en el final de la actuación, que puso a la plaza en pié. Pero si eso fue sensacional, no le anduvo a la zaga el primer recorte embrocando cerca de los medios. Para tirar ahí, hay que tenerlos muy grandes. Y no quedó ahí la cosa, porque Morella estuvo perfecto, dándole un segundo a la vaca. Lo que nadie le había podido hacer en toda la temporada. Ese giro en los riñones, a la de Marcén le dolió. Un par de recortes más, con "Rastrerilla" hasta el final con todo. Se acababa el tiempo. Roberto metió la anilla de la temporada queriéndoselo comer su oponente hasta la tronera. Ganaban con todas las de la ley. Grandísima actuación de los tres.



El formato da más gloria a una victoria. Gloria para dos navarros que se echaban el circuito de las anillas a sus espaldas, tras la lesión de Mario. Morella es Campeón Nacional por segunda vez, mientras que Roberto, lo es por primera, consiguiendo algo histórico. Padre e hijo Campeones Nacionales. De manos de Don Eugenio Constanza, su padre, recibió el trofeo. Roberto merecía, por su categoría como recortador, el triunfo en Zaragoza hace tiempo. Por unas razones u otras, hasta ahora, no lo había conseguido. Se hace justicia. Uno de los títulos con más verdad de los últimos tiempos. Hay que quitarse el sombrero con los navarros.


 
 

Este fue el trigésimo séptimo Campeonato Nacional. Con cintas muy cortas en las anillas, pero bueno. Gracias al formato, todo fue mejor. Los colaboradores accedieron al formato, las parejas lo pidieron y la ganadería pudo echar sus mejores vacas. Igual que se les criticó cuando se opusieron al formato todos ellos y le hicieron daño a las anillas, ahora se les aplaude por actuar con coherencia y por el bien de las anillas. Así sí. Ojalá ya se destierre, de una vez por todas, el debate de formato sí o no en Zaragoza. Tiene que ser así porque es mejor para todos. El que no lo vea, o tiene la mente muy cerrada o mala intención.

Quedará para otro artículo la polémica. La próxima entrega: "Una nube, un micrófono, un recortador".