lunes, 18 de noviembre de 2024

LA REALIDAD PARALELA

Este año el Campeonato Nacional ya no merece un artículo. Con leer lo de los últimos años, vale. Quien quiera, que lea lo de 2018, 2019, 2022 y 2023. Sigue todo igual. Quien quiera saber el resultado lo puede ver en la web. Segundo concurso de la temporada con más anillas (y las que se podían haber metido más). Alegría por los ganadores porque se lo merecieron. Es lo mismo de las cuatro últimas ediciones pero siguiendo con la cuesta abajo ganadera. Una pareja menos, un euro más. Solo tres reses dignas de Zaragoza (según la lista hecha por los propios recortadores solo había cuatro vacas fuertes). Ni parejas ni vacas anunciadas. Concurso de portátil con jabón. El daño ya está hecho.

Ahora, entramos en materia. Por delante, por si alguien recién llegado al festejo popular en general y a las anillas en particular, lee este artículo, se va a decir lo que siempre se ha dicho desde estas líneas. Las anillas son la disciplina más dura del festejo popular con animales corridos. Es la más exigente y la que mayor verdad tiene. Por eso, los que salen a los concursos de esta disciplina, son los mejores recortadores que hay. De aquí a Lima. Recuérdese, recortan por el derecho, tienen que ganar la cara sin cambios de dirección, quedarse en ella, están solos dos en la arena y tienen un tiempo limitado para lidiar a la vaca. Además tienen una temporada con entre 20 y 40 fechas. Aquí no se va a picar con otras disciplinas con más trampas que una película de chinos. Se tiene muy claro que el de las anillas, es el mejor recortador. Por ello se hace un especial seguimiento a esta modalidad. Otros sacan pecho de concursazos, con tostones de pónmelo aquí, pónmelo allá hasta que lo ven claro y no llevan ni mil personas en alguna capital de provincia. Aquí no hay una megafonía jaleando machaconamente en cada acción, obligando al público a aplaudir e incluso censurando y mandando callar a los que protestan (ay si otros tuvieran tiempo limitado para ejecutar las suertes...) Aquí si das la cara te aplauden, si no, no. Haremos la excepción de las cada vez más exageradas y excesivas salidas a saludar al acabar las actuaciones, pedidas por el micrófono. Empieza a ser peligroso dar tanto jabón a quien no lo merece.

Esto último enlaza con el titular del artículo. La realidad paralela. Actuación mediocre y que, con el micro, se pide salir a saludar... Que no es que se le diga al público si quiere aplaudirles, es que se les manda salir al tercio para que se les aplauda. Una persona (sea cual sea) decide a quién se aplaude. Les hace creer lo que no es. Ese aplauso forzado es mentira. Que se salga a los concursos porque no hay más, también les hace creer que valen, cuando no es cierto. El panorama actual, lo quieran ver o no, es el peor de la historia. Y oye, que si no dan más de sí (cada cual sabrá si da el máximo cada vez que pisa la arena), pues qué le vamos a hacer. No son profesionales, por lo que se les puede exigir en ese aspecto, hasta cierto punto. Aunque claro, de la misma manera que se usa la excusa de que no viven esto, pueden cruzar la red de vuelta los argumentos de que tampoco nadie les obliga a salir y que se paga por verlos. Hay muchas capeas y festejos de participación libre en los que pueden salir a la vaca que quieran y cuando quieran, sin ningún compromiso. Aunque sin la golosa fama que dan los concursos, claro.

Las anillas, toda la vida han sido como han sido. No se puede cambiar su esencia porque entonces no tienen interés. Si a alguien no le da para meter gol, no puede pedir agrandar la portería. Si no se llega a machacar, no se puede pedir bajar la canasta. Las anillas tienen gracia con vacas fuertes. Que no se pide que todos los concursos sean así, que ya se entiende dónde hay que echarlas, pero que ahora, son escasos los concursos donde se pueden ver el tipo de vacas que hacen que los aficionados hagan kilómetros. Y se queda escaso que solo sean fuertes las tres de la final. Se puede demostrar claramente cómo la gente se desplaza en función de las vacas anunciadas, no por las parejas. Es una realidad.

Los tiempos cambian, está claro. Pero si se les dice a los de ahora que en los años 80-90, se llegó a la centena de fechas y que se hacían cuatro o cinco concursos en un fin de semana, igual les explota la cabeza. Por cierto, por aquel entonces las vacas iban en puntas y las carreteras eran como eran. Que sí, que abultaban la mitad que las de ahora, eso está claro. Y que también había cabras, que aún lo eran más porque comían menos que en esta época. Pero que las de ahora son las vacas más fáciles al recorte de la historia, también. Ahora entran al embroque con fuerza muy pocas vacas. Meterse de verdad, contadísimas. Ser vacas con verdad, escasas. Vacas muy normales se están intentando hacer pasar por fuertes. Si es que hasta las que ellos perciben como fuertes, cuando les dan de verdad, hacen aguas por todos los lados. Recortándolas bien no rematarían ni la cuarta parte de las que ahora lo hacen. Si probaran a ir en corto, estar los dos juntos y cerrarse en los recortes... Cuando salen a morder, ¿cuántas vacas actuales aguantan?

El de las anillas, por regla general, es el público más entendido en vacas del festejo popular. Por eso no se traga milongas. Como sabe ver la vaca, va a exigir que se le haga lo que posibilita. Es que la gente quiere ver anillas. Miau. La gente quiere ver las anillas que tiene la vaca. Si metes cinco pero la vaca tiene quince, el espectáculo no vale. Si a la que tiene dos o tres, ni se la recorta, tampoco vale el espectáculo. Las anillas son así de crudas, se ve claramente lo que hay, tanto en vacas como en parejas. Tampoco va a colar que vacas muy normales, se quieran hacer pasar como vacas fuertes. Ese tipo de vacas a las que ahora no se les meten ni cinco, son vacas de exhibición para meterles ocho o diez. De vez en cuando, cambian el chip, hacen las cosas bien y se ve claramente lo que son realmente algunas vacas.

Cuando hay enfrentamientos entre hierros punteros, no se le puede pedir a ninguno que rebaje nada, ni mucho menos “hacerles” la lista de las que deben llevar. Tienen que ir con todo lo que puedan, que para eso están compitiendo también. No se le puede pedir a uno que rebaje, al otro no y que luego el que va con lo que quiera, quede mejor que el otro. No hombre, no. Si comparten cartel dos o más ganaderos, con lo que quieran. Luego se piden los dineros acordes y punto. El que paga, si ve anunciados a dos de los de arriba, quiere ver a sus mejores vacas. Nadie se imagina anunciar un Madrid - Barcelona sin que pudieran llevar sus mejores jugadores. Y, a poder ser, que se vean más enfrentamientos entre los ganaderos que tienen las mejores vacas. Al menos entre los que no tienen problema en enfrentarse a sus colegas. Y que se vean más veces vacas sueltas que se sabe que son buenas para las anillas. En las últimas tres temporadas solo 12 concursos han sido con dos o más ganaderos. Los demás, con solo un hierro. Eso no despierta el interés del aficionado. Ricla, por ejemplo, aunque luego no saliera como se esperaba, que verdad es, lo despertó. Alagón, también. Ojalá ponerle el mismo rasero al análisis de Zaragoza.

La realidad paralela viene por una manifiesta endogamia. Siempre se ha alabado que haya unión en los recortadores, pero si no se cae en el corporativismo. No es buena la homogeneidad para todo (porque luego hablando uno por uno, son muchos los que discrepan, pero no quieren alzar la voz por comodidad o por miedo a quedar fuera del grupo). No es bueno tampoco que solo se piense en el colectivo y no en el interés del aficionado que paga la entrada. Nunca se les va a discutir un euro de sus peticiones. Ahora bien, si se les da lo que piden, luego hay que dar la cara. Si no se da un espectáculo acorde, es cuando chirrían las exigencias. Si se les da lo que piden, luego hay que tener compromiso. Exigir para que luego uno de los habituales diga, es que me voy a la playa, es que tengo competición de no se qué o que son fiestas en mi pueblo... Tardar en confirmar y que no pueda cerrarse el concurso para hacer una buena promoción con tiempo, no es de recibo. No avisar de que no se va a ir, serio tampoco es. Todo esto, sigue pasando.

En esa endogamia también entran los palmeros (recuérdese este artículo: "Palmeros"). Y en ese círculo, no hay opinión crítica ni quien les haga ver la realidad (recortadores veteranos ya desisten de dar su visión). Esto también viene motivado por una razón. Muchos aficionados (muchísimos más de los que ellos creen), han dejado de ir a los concursos porque el espectáculo es el que es. Al no ir, han dejado de tener críticas. Críticas que a la espalda hacen apegados al círculo, pero que luego no les dirán a la cara. Lo que se conoce como falsedad. Si hubieran conocido la época en la que se les pegaban pitadas ensordecedoras a las parejas que no se metían con las vacas... Si es que además tienen ahora a un público que es como el osito de mimosín, que no exige nada. Con ver una rueda de tres o cuatro recortes se ponen a aplaudir. Y si ya ven entrega y raza, se vuelven locos. Que no se pide tanto.

A la realidad paralela, como no puede ser de otra manera en estos tiempos, contribuyen las redes sociales. Mucha foto subida esperando la alabanza. Publicaciones con mensajes que se hacen difíciles de digerir. Pegan tres recortes y creen que es una actuación notable. No se hará con mala intención, pero flaco favor se hace diciéndole lo que no es a un chaval. Por no hablar de lo peligroso que es. A quien no está para esos compromisos, le puede hacer mucho daño una vaca. En eso también, culpa tienen los organizadores que saquen a gente que no esté preparada, con tal de completar un concurso de cualquier manera. 

Hablando de empresas que organizan concursos. ¿No se dan cuenta de que queda fatal salir con los pantalones de otra empresa en un concurso? Todo recortador debe tener pantalón que no sea de ninguna empresa para concursar. Sería precioso volver a que las parejas salieran con sus camisetas. Pero como eso no se sabe pelear en la realidad paralela, para poder tener sus propios patrocinadores... Al menos, que un organizador no tenga que ver pantalones de la competencia en sus concursos, por simple dejadez de los participantes, que quizá ni caen en la cuenta.

Inmersos en esa realidad paralela, no son conscientes de que las parejas de media tabla hacia abajo, hace no tantos años, no tendrían hueco alguno en los concursos (todavía quedan recortadores en activo que estuvieron en esos años). Y que las parejas de mitad de tabla de no hace tantos años, prácticamente pelearían por la Anilla de Oro actual. Por eso no se entiende que se tomen decisiones en base a la "mayoría". La mayoría que solo mira por su interés particular. ¿Cómo no van a salir resultados mayoritarios hacia lo más cómodo? No puede valer lo mismo el voto del que da la cara, que del que va a los concursos sin aspiraciones o del nuevo que tiene hueco porque no hay más, no porque valga. Los propios compañeros le tienen que poner las pilas a los que están por estar, máxime a los que ya llevan años. Y si no quieren, por lo menos que no haya autocomplacencia colectiva de echarse flores cuando no hay motivo.

Lo genial es que luego se opta por, en los concursos suaves, cerrarlo a diez, porque así hay menos parejas de relleno (este argumento es de ellos mismos). Y entonces, ¿cómo van a salir parejas nuevas? ¿Los sacamos directamente en los concursos fuertes que son a doce parejas? ¿Las mismas diez parejas acomodadas para toda la temporada exigiendo que salgan todas en el Pilar? ¿Y quién piensa en el que paga? A ese le quitan dos vacas por todo el morro. En los concursos siempre, como mínimo, 12 vacas, 12. Si no hay 12 parejas, formato. En 2024, solo un concurso ha contado con 12 parejas, y solo 10 concursos han tenido 12 vacas o más. Por cierto, este año 14 de los 22 concursos, con formato. Tirando de memoria, aparece una media sonrisa al ver que todos los organizadores han recurrido al formato por eliminación. Ah y se puede mirar hacia el País Vasco y la Comunidad Valenciana. Que se sigue siendo injusto con recortadores que, cuando toca que completen concursos, dan más la cara que los de aquí, haciéndose una kilometrada. Veríamos cuántos de los de aquí seguían saliendo si tuvieran que hacer tantos kilómetros. Luego algunos sacan pecho de darles sitio, cuando si se lo dieron, fue a regañadientes y tarde.

Y el mayor problema es que esa realidad paralela no les hace ver que no están para exigir por lo que se está viendo en la arena. Que no pueden pretender controlar todo. Por coherencia además, si controlan, que controlen a todos. Porque en el Pilar tragan con carros y carretas, mientras que a otros los vuelven locos con peticiones/sugerencias con visos de exigencias. Si se ponen unos mínimos y esos mínimos están, no se puede pretender rebajar el nivel de vacas pese a rebajar dineros. El organizador tiene que tener la libertad de hacer un concurso todo lo fuerte que quiera cuando quiera, sin tener negativas en bloque, aunque muchos quisieran salir. Ahí hay que romper la unidad, el que quiera que salga y el que no, que se quede en casa (pese a que sea a una semana del Pilar). Porque amparados en que supuestamente quieren igualar, es sonrojante recordar cómo está de igualado el Campeonato Nacional (bueno este año igualado a la baja, sí). ¿Por qué no exigen ahí que estén las mejores vacas de la temporada y que no sean de un único hierro? Porque igual que marcan que hay plazas que no corresponde echar vacas fuertes, deberían hacer fuerza porque en La Misericordia no haya vacas de portátil, o casi el concurso entero... En Zaragoza es innegociable que estén las mejores vacas posibles, aunque luego no pudieran con ellas.

En cuanto a definir cuáles son fuertes y cuáles no, medítese mucho más. Porque se han puesto como fuertes algunas que no son y se han quedado sin ser fuertes algunas que lo son. En cuanto a pitones, lo mismo. No sea que luego acabe siendo vaca de ganar concursos una que se quería dejar en la finca porque se aseguraba no tenía el cuerno derecho apropiado para las anillas.

Sin embargo, que no les cause preocupación algo fundamental, como es el director de lidia, es de chiste. ¿No van a exigir que sepan darle capa y llevarse a una vaca corrida los que hagan esa labor? ¿No van a exigir que estén dando vueltas al callejón siguiendo la lidia de la pareja? Un director de lidia tiene que ser el primero o de los primeros que llegue al quite y tiene que intentar llevarse a la vaca a base de darle capa, cogiendo el capote a dos manos a poder ser y sin soltarlo. Si se hace bien esa labor, no hay que coger a la vaca. Los mejores ejemplos de cómo se debe hacer son Imanol Sánchez o Sergio Sánchez. Mírense los vídeos de las cogidas, examínese a todos y veamos quiénes no deberían hacer concursos. Igual hasta salta la sorpresa de alguno con nombre.  ¿En la realidad paralela no se ha caído en esta circunstancia para que no se vean labores lamentables hasta en capital de provincia (de Navarra para ser más exactos)?

No parece tampoco preocupar lo más mínimo que no se sepa el reglamento el encargado del micrófono. Eso da igual. Que se incumpla el reglamento con reincidencia y sean habituales las meteduras de pata, no importa. Da igual que no se apunten los resultados de los jurados de manera ordenada. En la realidad paralela ni se cae en la cuenta de eso. Que puedan influir errores hasta en el resultado del Campeonato Nacional…

Deberían abrir los ojos y ser conscientes de que la gran mayoría de concursos se están sustentando en la tradicionalidad. Se hacen por costumbre, no porque despierten interés. Y den gracias a que las anillas en su esencia tienen una fuerza tremenda por cómo es la competición. Pese a atravesar el momento que atraviesan, hay plazas que las seguirán haciendo, cosa que no pasaría con otros festejos.

En caso de que quieran tener todo controlado, bien simple. Que monte una empresa el colectivo. Que se jueguen sus dineros, hagan sus campañas publicitarias y lleven las vacas que quieran con el formato que quieran. Si esto llegara a darse... Se darían cuenta cómo va más gente a los concursos de vacas fuertes bien promocionados que a los de vacas suaves. 

Solo dos concursos han anunciado las vacas y las parejas con más de una semana de antelación: Azpeitia y Ricla. Háganselo mirar los organizadores y exíjanles los recortadores que se hagan buenas promociones. Que no se anuncien ni vacas ni parejas en Zaragoza es algo que no deberían consentir.

La espiral de complacencia de las parejas es muy peligrosa. Todas están por debajo de lo que pueden dar. Es una firme creencia. Hay mucho más potencial del que se ve. Eximiremos a los recién llegados, obviamente. Si los de arriba arrearan más, los que compiten por los concursos tendrían que pisar el acelerador. Si los de media tabla dieran más de sí, pillarán algún premio más y pondrían complicado a los organizadores dejarlos fuera. Los de abajo, arreando, harían que los que completan los concursos peleasen por no quedarse fuera. Pero mientras no se den pasos al frente, esto va a seguir como está. Que no haya parejas es parte de la culpa también. Han sido varias las pérdidas de recortadores de nivel que lo han dejado y que, por edad, deberían estar en el circuito aún. Ojalá volvieran Joanes, Ezquerro, Arturo, Juan, Borja... Y Mario con “Kimera”.

Como de casi todos se recuerdan actuaciones de quitarse el sombrero, se demuestra que poder, pueden. Porque aquí no se quiere ir contra nadie en concreto, ni mucho menos se tiene nada personal contra nadie, pero sí contra la complacencia actual del colectivo. Y es que se ha podido ver que poder pueden, sin ir más lejos, con Chus en Alagón o con Eusebi en Pamplona, por poner dos demostraciones de raza. ¿Alguien va a dudar el pedazo de recortador que es Roberto? ¿Alguien va a discutir el compromiso de “Kimera” para salir hecho polvo? ¿Y las facultades de Zabalza? ¿Y el talento innato de Mario? ¿Y lo bueno que es Rafa? ¿Y el nivel de Ander? ¿Y lo que arrea Edgar? ¿Y la veteranía de Asier? ¿Y la casta de Xabi? ¿Y el temporadón de Javi en su primer año? Y hay jóvenes que pueden valer como Saúl, Alejandro y Enaitz. Por cierto, estando en el puesto octavo, ¿por qué el colectivo no ha hecho fuerza para que hicieran más concursos Julen y Enaitz? Se merecían estar por clasificación en Zaragoza y ni se les llamó, y entraron tres parejas con peor puesto que ellos. No sería que el hierro que hace en solitario el concurso dijera que tenían que ser un máximo de 10 parejas, ¿no? Esperemos que no…

Hay mimbres para hacer mucho mejores los concursos y en sus manos está, pero sean conscientes de que todos ellos están de paso. Todos pasarán y las anillas quedarán. Y también se queda el aficionado. El que paga la entrada. El que mantiene esto. Ese nunca se jubila. Eso sí, decide si va o no va. De hecho, han dejado de ir. Hay opiniones fundamentadas de muchísima gente infinitamente más duras que la expresada en este artículo. Súmenle la imagen que se están labrando, que justa o injustamente, va cuesta abajo. Aunque no lo crean, se sabe todo y lo que hacen tiene mucha más repercusión (para mal) de lo que creen.

En la tercera temporada post-pandemia donde, para muchos espectáculos, se mantiene la tendencia de ir a más, ¿En la realidad paralela no se ve que de 36 concursos programados el año pasado se ha bajado a 26? Un descenso de un 27% ¿Por qué será? Por eso este artículo es por el bien de las anillas, para que reflexionen y estimularlos.

Pd 1: el que por dentro piense: pues sal tú, no entiende nada.

Pd 2: seguramente la mayoría de los recortadores actuales estarán de acuerdo prácticamente con todo lo escrito. Así lo dicen en privado.

Pd 3: aquí es donde más se promocionan las anillas y más se apoya a los recortadores de esta disciplina. Mucho tiempo y dinero invertido. Pero no se tiene nada que perder, ni se le debe nada a nadie.

No hay comentarios:

Publicar un comentario