A finales de Agosto una publicación de esta página le refrescaba la memoria al aficionado. Los habría que no habían caído en la cuenta que un recortador cumplía 20 años en activo. Algo así merecía ser destacado. 20 años en las anillas es mucho tiempo, muchísimo. Una disciplina que socarra. Exige una preparación física tremenda. No es solo ir a los concursos, hacer muchos kilómetros y jugársela ante las vacas. Es sacrificarse durante todo el año para tener una condición física tremenda. Estar 20 años haciendo eso, es digno de elogio. Pero es que estar 20 años haciendo eso y además, en los puestos de arriba, es para quitarse el sombrero. Esos números, al alcance de muy pocos en la historia, los firma Asier Estarriaga.
No va a ser este un artículo de repaso de la trayectoria de Asier. Ese, será más adelante. Este es un artículo mitad de expresar rabia porque una carrera acabe de esta manera y mitad para centrarse en la persona, por encima del recortador.
Para quien no lo sepa, el pasado Sábado en Utrillas, Asier Estarriaga sufrió una lesión que va a terminar con su carrera. Rotura del tendón de aquiles de la pierna derecha. Una lesión que ya tuvo en el inicio de su carrera en 2006. Él mismo, con entereza y consciente al instante de lo que suponía esa lesión, comunicó que ahí acaba su trayectoria en las anillas. Que lo dijera con tal inmediatez, seguramente estaba motivado porque en su cabeza ya rondaba la retirada. Quién sabe si iba a ser a final de esta temporada.
Con su edad y una lesión de tal gravedad, sabía que su carrera como recortador había terminado. ¿Por qué? Pues porque antes que el recortador está la persona. Asier tiene que pensar ahora en que su pie se quede lo mejor posible para poder hacer una vida normal. Las anillas ya no son prioridad. No está de más recordar que el recortador no vive de esto. Un deportista profesional, al que ampara un contrato con abundantes ceros y que se dedica en exclusiva a su deporte, podría intentar volver. Un recortador, con la edad de Asier, no debe ni planteárselo. Pondría en juego la salud de su pierna.
A Asier hay que desearle que salga todo bien en la rehabilitación. Sus compañeros se han volcado. Se le manda todo el ánimo del mundo. Que se le quede lo mejor posible. Porque lo principal es que él, la persona, se recupere completamente para hacer una vida como quiera vivirla él, sin limitaciones de ningún tipo. Y hay que pedirle que, con su visión de los últimos años y cómo estaba remando para que las anillas fueran mejores de lo que eran, siga ligado a este mundillo. Será muy bueno que siga asesorando a sus compañeros tanto fuera como dentro de la plaza. La labor que ha hecho este año para el colectivo (y de la que ha acabado cansado y con razón) ha sido muy buena. Un activo así, no lo pueden perder las anillas. Debe seguir vinculado a los Concursos de Recortadores.
Y no, no es justo que se tenga que ir así. No es justo que en un apoyo en el estribo, que seguramente sería uno más de los miles de apoyos que ha hecho, su tendón dijera basta por segunda vez en su vida. Un recortador, cuando ha sido de los buenos, merece retirarse en Zaragoza (aunque este año quede Castellón por detrás). La Misericordia es el lugar donde deben terminar las carreras importantes en las anillas. Asier merecía retirarse cuando él quisiera y como él quisiera.
Da mucha rabia ver que, con la temporada que estaba haciendo junto a Edgar, con muchas opciones de ser Anilla de Plata y siendo una de las parejas favoritas a ser Campeones Nacionales, así como para ganar la Liga de las Anillas All-Stars, no vaya a poder terminar uno de los mejores años de su carrera. El que se fuera ganando el concurso es anecdótico y sirve de muy poco consuelo. Aunque pocos pueden decir que se van ganando.
P.D.: Con el de Utrillas, empató en concursos disputados a Alejandro Cuairán. Así que Asier... Hay que hacer uno más.
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